4 consejos para reducir la huella de carbono en el embalaje
La huella de carbono es cada vez mayor en la Tierra, pues representa el impacto que tiene la cantidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) como consecuencia del desarrollo de una determinada actividad, medidas en toneladas de CO2. Un impacto del que ya vemos diariamente sus efectos sobre el clima y el calentamiento global. Todos contribuimos a incrementar esta suma de una forma u otra. ¿Cómo reducir la huella de carbono en el embalaje?
El embalaje no iba a ser un proceso industrial menos que deba librarse en la repercusión medioambiental y en cómo debemos preocuparnos al respecto. Sobre todo, si tenemos en cuenta que la emisión de GEI puede ser derivada de diversas actividades en las que debemos considerar, de manera directa o indirecta, numerosos factores.
Aunque existen múltiples enfoques y definiciones respecto a la huella de carbono, además de vincular su impacto a una determinada actividad habitualmente se asocia a un producto. Es por esto que se debe valorar la emisión de gases de efecto invernadero a lo largo de todo el ciclo de vida de ese producto.
Se estima que entre el 30 y el 70% de la huella de carbono que produce un producto se encuentra en el propio envase.
Reducir la huella de carbono en el embalaje: 4 consejos
Cuando hablamos de disminuir la huella de carbono en el embalaje se debe tener en cuenta que hay diversos agentes implicados. En esta cadena de valor actúan los fabricantes de las materias primas del envase y el embalaje, los fabricantes del envase en sí mismo, los del producto contenido y las empresas de distribución, entre otros. Pero no olvidemos que los consumidores seguimos ejerciendo un importante papel en la última fase del ciclo como responsables del reciclaje y la reutilización de materiales.
Hay una serie de medidas que las empresas podemos hacer durante el embalaje de mercancías para disminuir la huella de carbono originada a lo largo de la producción de las mismas, transporte, vida útil y gestión de residuos.
Adaptar el tamaño del embalaje
Calcula las cajas y los envases a medida de las cargas, opta por reducir el tamaño del embalaje. De esta forma, no solo reducirás el impacto medioambiental que genera tu packaging, sino que también conseguirás disminuir costes y aprovechar mejor el espacio en el transporte.
Ecodiseño y funcionalidad
El ecodiseño debe ser un proceso integrado en el diseño y desarrollo del producto para considerar los criterios ambientales pertinentes. Tal es así que, según la Agencia Federal Alemana del Medio Ambiente, en torno al 80% de la huella de carbono de un producto quedan prefijada en el momento en el que se diseña.
En la fabricación y transporte de cualquier tipo de embalaje conviene analizar aspectos como el diseño, la ergonomía, la funcionalidad o la seguridad para contar con mayores posibilidades de sostenibilidad.
Elegir el material más apropiado para el embalaje
En la última década el sector del embalaje ha dejado cifras preocupantes como consecuencia del impacto del plástico, ya que es un material que genera un retorno mucho más económico. Sin embargo, el cartón es un referente de sostenibilidad en el embalaje cada vez es más alabado.
La capacidad de reciclado del cartón retrasa la emisión de CO2 a la atmósfera. A cambio, ofrece una alternativa de envase ligero, resistente, funcional y muy versátil.
Por otra parte, los envases retornables de transporte (ERT) son de plástico y se pueden usar en numerosas ocasiones para limitar la emisión de contaminantes.
Optar por un procedimiento optimizado en el embalaje
El uso de maquinaria que optimice el proceso del embalaje conlleva un menor desperdicio del propio material. Por no mencionar la mayor efectividad del proceso para cumplir con la misión de proteger el producto.
De igual modo, durante este proceso es importante considerar la cantidad de energía renovable que puede ser empleada para fabricar el envase.